Llámenlo ignorante, si quieren

Vivir en el Perú, y en América Latina, por qué no, nos da la enorme ventaja de coexistir a diario con una serie de eventos desafortunados -como el título de la película pronta a estrenarse- y con personajes francamente ficticos. Muestra de ello es lo sucedido ayer en Trujillo, capital del "sólido norte", con el cronista Toño Angulo Danieri, quien salvó de ser linchado por una horda de manifestantes apristas. El delito: haber publicado una compilación de sus crónicas de romance -"Llámenlo amor, si quieren"- e incluir en ellas una dedicada a Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza Popular Revolucionaria de América (APRA). Un detalle: la crónica sobre el ideólogo aprista daba cuenta de su presunta homosexualidad. ¡Horror! En estos lares, homosexual, en el discurso cotidiano, es equivalente a delincuente, promiscuo, rosquete, entre otros despectivos adjetivos. Por tanto, Mauricio Mulder, secretario general del partido del pueblo (heterosexual, solamente), no tuvo reparos en justificar y avalar el hecho como una justa respuesta a la provocación del cronista. !Habráse visto! La triste pacatería linda con una supina ignorancia en este caso. Haya de la Torre pudo haber sido homosexual. ¿Y? ¿De cuándo aquí la opción sexual atenta contra la lucidez intelectual de las personas? ¿Deja de ser un brillante pensador por no haberle gustado las mujeres? Lo triste del caso es que Mulder -no el agente de los expedientes secretos, sino el parlamentario- no hace sino ratificar en el discurso oficial el ignorante rechazo de la sociedad hacia quienes considera "diferentes". Problema de educación, me parece. Las disculpas del otro secretario general colegiado del partido de la estrella, Jorge del Castillo, fueron oportunas y salvaron al histórico grupo político de hacer de la homofobia parte de su plan de gobierno. Mulder, por su ignorancia, merece una patadita. ¿Alguien se ofrece?