Bryce vs. UPC: Laureate Critics

Digno señor:

Como reguero de pólvora circuló en el ambiente académico el rumor de que la última entrega de Bryce Echenique ("Permiso para sentir: Antimemorias", Peisa, 2005) incluía una cáustica crítica a la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), en la que el laureado escritor trabajó a su regreso al Perú. En efecto, parte del capítulo "Todo aquello" (pg. 573) está dedicado a la narración de sus experiencias como docente de esa Casa. Me tomo la libertad de reproducir un párrafo que sintetiza, creo, la opinión de Bryce:

"En la UPC, aquella gente marcaba tarjeta al llegar, y se hubiera dicho que lo hacía, también, al irse, porque no existía el profesor que voluntiamente alargara su estadía, que perdiera el tiempo con sus alumnos, lo cual es, en educación, en el mundo entero, la única manera en que un profesor pasa de ser un mero instructor a ser un maestro. En esta universidad marcando siempre tarjeta y llenando a cada rato encuest en hojitas impresas con letras y cifras casi invisibles, interuumpido una y mil veces por razones publicitarias, los profesores van corrigiendo pruebas cronometradas, tensas e incómodas, y con ello se limitan a ir teniendo alumnos y más alumnos contantes y sonantes (...) convirtiéndolos en una mera grey y abdicando cien por ciento de la posibilidad de formar no sólo a un discípulo sino a ese joven profesional (...)" (pp.599-600).

Furibunda y directa crítica no sólo a un sistema universitario privado, del que forman parte también otras instituciones, y cuya visión muchas veces es insensibles con la realidad nacional, sino también al sistema educativo peruano en sí, abundante en "colegios S.A." y "universidad-empresa" (con sus respectivas "pre-universidad S.A."). Como escribe Bryce, ser Sociedad Anónima no tiene por qué ser un denuesto, pero allí cuando el mismo sistema pervierte al alumno en cliente es cuando se rompe el paradigma de una Sociedad Anónima Educativa formadora y da lugar a una fábrica de profesionales capaces pero insensibles, que canjea horas dictadas (marcadas por tarjeta) por suculentas mensualidades (con mora, desde luego, a los impuntuales).

Me llamó la atención que la UPC publicara en la pasada edición dominical de El Comercio (19 de junio) un aviso roba-página (uno de los más caros en publicidad impresa) en el que decía: "La UPC expresa su gratitud a las múltiples muestras de respeto, reconocimiento y aprecio recibidas de personalidades e instituciones del mundo universitario, académico, escolar, cultural, (y un infinito etcétera...), con motivo de una reciente publicación (las cursivas son mías para reparar en la ironía de pretender que lo publicado es cualquier cosa y no la fundamentada opinión de un ex docente)".

Lo leí con una sonrisa dibujada y me preguntaba a mí mismo: ¿no es así como las sociedades anónimas se lavan la cara?...

Quedo de Ud.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Julio César - acusador compulsivo de Fujimori, pero incapaz de debatir.

Qué tal pose histriónica la suya, señor Julio César Mateus: "un joven que creció con la pobredumbre de un gobierno mafioso que le robó al país lo único que le quedaba: la ilusión" ahora recuperó la ilusión que el dictador Fujimori le robó? Una frase más y lágrimas bullirán a borbotones ante tales poses suyas; casi inspiran a un poema de un mozuelo que vivió la tiranía fujimontesinista, o un diario de Ana Frank en versión chicha.
Hay quienes escriben porque tienen pluma, la web aguanta todo. Claro, don Julio César habita en el limbo de la ficción y no precisa más argumentos que la lógica persecutoria de la acusación sin sustento contra el gobierno de Fujimori. Pronto será un planillero de la chakana, si es que aún no lo es, y escribirá loas a su líder Toledo y a los cívicos - aquellos que "se fajaron para recuperar la democracia". El diario Pura Verdad, sección ficción persecutoria, le iría como anillo al dedo a esta promisoria figura del adjetivo fácil.
Julio César Mateus, amante de la paz y de la madre Teresa de Calcuta, no sabe que el Perú se desangraba gracias a la insania terrorista propagada por inmaculadas figuras como Yehude Simon. Pregúntele a su mami cómo era vivir la zozobra y el terror en los 80 y principios de los 90. La hiperinflación, supercorrupción no filmatizada, la desesperanza, etc. Es esa la ilusión que le robó Fujimori? La ignorancia expresada vía una bitácora en internet tiene un exponente promisorio - un comunicador de la persecución, que no necesita corroborar datos - insumos acusatorios le sobra además de su productiva imaginación. Su discurso ya adquirió una vida propia. Su lógica acusatoria no precisa de mayores argumentos, basta repetir los adjetivos de la persecución. Para hacer lo que hace don Julio César, no hace falta más que sumarse al coro popytoledista y tocar las cuerdas más sensibles del alma, hacer uso de adjetivos altisonantes y coronar el mamarracho textual con el sambenito "fujimontesinista" - la etiqueta infaltable, el puntillazo sobre la i.

El señor Julio César no aporta ni un solo dato concreto, no lo precisa. El ocultamiento del informe Kroll, por el transparente gobierno demócrata toledista, es un hecho concreto que el señor Julio César no se ha dignado en contestar. Su capacidad de discernimiento es selectiva. Claro, para un inquilino habitante del reino de la fantasía hecha verbo acusatorio, no hacen falta hechos concretos, cuando abunda la ficción.
Si desea escribir porque tiene pluma, puede hacerlo, pues tiene indudables dotes de escribidor. Pero si opina sobre temas de actualidad, tenga la entereza de tener sinceridad intelectual y no apele al adjetivo fácil y sensiblero - denigrar lo hace cualquiera.
Todo intercambio fructífero requiere que se aporten datos concretos y comprobables, no adjetivos ni fantasías acusatorias que ya están desgastados y son - a estas alturas - un insulto a las neuronas. Pero claro, más fácil sera que siga Ud. en el mundo de la ficción, en donde se halla cómodamente instalado, pues discernir y debatir con argumentos concretos requiere un esfuerzo intelectual que sería demasiado para su fina sensibilidad - au revoir.

Saludos fujimontesinistas

Manuel Vilca
manuelvilca99@yahoo.se

Anónimo dijo...

Julio Cesar Mateus Borea - súbdito del popytoledismo y proyecto de comunicador y acusador sin sustento.
Le apuesto a que Ud. sacará estos comentarios de la web, así como hizo con los otros anteriormente. Simplemente no se atreverá a debatir con pruebas en la mano y demostrará una vez más la cobardía intelectual de la que ya hizo gala. Siga cosechando elogios a su discurso lleno de adjetivos, pero falto de elementos concretos. No le quedará más remedio que esconderse tras las abstracciones y la ficción, pues de lógica no puede entender este jovenzuelo a quien Fujimori le robó la ilusión - gran tragedia irreparable.

Saludos toledomontecínicos

Manuel Vilca
manuelvilca99@yahoo.se

Julio César Mateus dijo...

Señor Vilca:

Dado que el día de hoy ha visitado 86 veces mi blog escribo esta breve contestación que espero termine su aburrido monólogo. Veo que ha inundado esta página de comentarios, así como mi correo electrónico personal e incluso el de algunos compañeros de la universidad acusando (¡¿!?) mi total falta de ética, mi debilidad para debatir, me retórica sensiblona, entre otros argumentos que ya leí y no me esforzaré en recordar. Primero que nada lo felicito, veo que tiene usted un hambre de notoriedad psicológicamente interesante; y segundo, veo que allá en Suecia, de donde escribe, le va muy bien en sus actividades y le sobra harto tiempo. Lo digo porque es lo que se requiere para andar de fisgón y polizonte en foros y publicaciones intrascendentes, como la mía, que resulta ser no un diario chicha de los que su admirado ingeniero Fujimori alquilaba, sino un espacio personal, creado para reproducir los trabajos periodísticos y académicos que realizo.

Su interesante estilo, que aspira a ser irónico, puede ser ofensivo: “Pregúntele a su mami”, refiere. Señor Vilca, ni mi “mami” ni “www.chemasalcedo.com” son mis fuentes de información regular para elaborar mis trabajos, en primer término. En segundo, me pide usted que “debatamos”. Lamento informarle, señor, que yo no debato por carta –ni renuncio por fax, desde luego-, no porque me parezca anticuado sino porque no gozo del tiempo que usted. En adición, tampoco acostumbro debatir con alguien a quien no le veo la cara.

Dice usted en una de las tantas falacias ad-misericordium (no se ofenda, no es lisura): “Le apuesto a que Ud. sacará estos comentarios de la web, así como hizo con los otros anteriormente”. Le recuerdo que el plural es innecesario, sólo saqué por la mañana un comentario suyo donde calificaba a un entrevistado mío de “terrorista”, olvidando que el Sr. Simon fue indultado por el Estado, y me extraña que una persona de su acuciosidad guste de imputar cargos a personas que ya fueron exculpadas o procesadas. No tengo por qué elaborar una defensa para el señor porque no soy su representante legal, sino un “proyecto de comunicador” –qué sarcástico, oiga- que lo entrevistó.

Repite usted constantemente las expresiones hacia mí como su fuera “súbdito” del “toledismo”, o admirara “ídolos de barro”, como mis entrevistados. Pues le confieso no tener filiación alguna con el gobierno de turno, ni siquiera simpatía, y, además, soy ateo y por deformación personal ni admiro ni adulo. Además -qué tonto me resulta aclarar esto- que yo entreviste a alguien no quiere decir que sea su súbdito.

Finalmente, para cortar porque ya varios minutos me ha quitado responder, señala, provocador, ¡uy!, “no se atreverá a debatir con pruebas en la mano y demostrará una vez más la cobardía intelectual de la que ya hizo gala”. Señor Vilca, acertó, no tengo la más mínima intención de debatir con usted por las razones que ya expresé y porque, con todo el dolor de mi corazón, no me interesa. Le ruego que vuelva a esos foros de Internet tan importantes de los que usted es habitual concurrente y deje que en mi espacio personal, que es el propósito con el que creé este blog, disponga yo lo que se hace y lo que se dice.

Atentamente,

Julio César Mateus B.

Anónimo dijo...

Señor Julio César Mateus:

He leído con mucho detenimiento en comas y puntos la extensa y enriquecedora información de su modesta página. Me parece muy interesante todo lo dicho.

Escribo desde la cuidad de Chiclayo y conozco de alguna manera un tanto "directa" la conducta pasada del presidante regional de Lambayeque el Señor Yehude Simon y, estoy de acuerdo con usted.
El Señor Simon ya fue indultado, pero le hago una pregunta a usted tan bien informado y con amplio conocimiento de la palabra rimbombante y exquisita es igual ser ¿inocente que ser indultado?, creo que la respuesta es obvia...No! en definitiva el indulto es perdón mas no declaración de inocencia, y peor aún si el señor Simon cena en su casa cada vez que llega su excelente amigo Diego García Sayán por estos lares. Increible no?
Amigos, camaradas, y compadres...

Julio César Mateus dijo...

Como dice el buen profesor colombiano Fernando de Ávila, nunca sobra una consulta al diccionario, y, según éste, indulto se define como "Gracia por la cual se remite total o parcialmente o se conmuta una pena". De modo que estamos de acuerdo en ese punto y cada uno percibe a las personas como mejor le place; mi intención al publicar la entrevista no es cambiar la de nadie, sino presentar a un personaje público que, lindo o feo, santón o diabólico, existe y creo interesante.
Saludos,
Julio C.

Roberto Iza Valdés dijo...
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Roberto Iza Valdés dijo...
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Unknown dijo...
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