La epístola final (hasta el 2044, al menos)

Digno Señor:

A continuación, reproduzco textualmente la carta que, gentilmente, me hizo llegar Rosa María Palacios, dando así por finalizada la alturada discusión profesional que sostuvimos virtualmente. Agradeciéndole, de paso, no haberme tomado por alguno de esos escribidores a sueldo de Mufarech -no el que le pega a las mujeres policías, el presidente regional, sino el hermano congresista y ex ministro de Fujimori, que se pega a sí mismo cada vez que declara-.

Estimado señor:

Gracias por su amable respuesta. Por supuesto que soy yo. Puede escribirme al programa y le confirmare mi identidad. ¿Quién más le puede contar una historia así?. Encontré su página buscando información sobre el caso y me pareció que un estudiante de comunicaciones no solo merecía una explicación sino tenía la obligación de tener los hechos claros. Es mas, es evidente que usted es un buen escritor y como tal no creo que sea parte de los asalariados de Mufarech que inundan varios foros insultandome no solo a mi sino a muchísimos mas que nos atrevemos a poner en evidencia sus cochinadas. Por ello, además, merecía una respuesta. No le conteste antes, porque de nuevo, encontre su página recien ahora en la búsqueda de otra información.

Juzgueme usted como mejor crea conveniente. Es evidente que yo no puedo cambiar el pasado. Y los mea culpas a veces parecen mas el recurso fácil de una cobarde que cree que salva su responsabilidad diciendo "me equivoque" y asunto olvidado. Pero si usted requiere de uno no tengo inconveniente en darselo. La verdad es que no encontre error o maldad en el momento en que se me contrató. ¿Un error de juicio? Por supuesto, pero sin ninguna intención dada la información que yo revise en ese momento.Veo por sus textos, que ya me dió curiosidad mirar, que usted es un hombre memorioso y cuidadoso para el detalle. Le propongo algo. Si estoy viva para entonces, cuando usted cumpla cuarenta años por favor escribamé y cuenteme si hasta esa edad se equivocó alguna vez juzgando a un empleador. Derepente tiene la suerte de no hacerlo nunca y me cuenta su historia, que daría para una buena crónica como las que usted escribe.

Atentamente,

Rosa María Palacios

PD. Trabajé en CCN antes de que fuera de propiedad de Vicente Silva y Montesinos. Espero que esta vez si le quede claro que el cambio de propiedad no tiene nada que ver conmigo. Es decir, que ahora si le conste que los espantosos comentarios a los que usted hace referencia jamás se hicieron mientras yo estuve ahi. Cuando se hacían yo trabajaba en Canal N, con bastantes mas problemas.... era el verano del 2000 ¿recuerda?.

Post Scriptum: Le auguro muchos años de vida, estimada doctora, así que seguro retomaremos el contacto en cuarenta años y nos tomaremos un café mientras divagamos de lo injusto que suele ser el mundo. Suerte.

Quedo de Ud.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En vista de que esta página puede ser un foro de discusión de la situación de Rosa María Palacios:

Publicado en Diario Correo - PERU:

Carta de esposa de Hurtado Miller a Rosa María Palacios

Estimada Rosa María Palacios:

He soportado con estoicismo, las innumerables versiones erradas que has venido haciendo respecto de tu participación activa en la campaña de mi esposo, Juan Carlos Hurtado Miller, al municipio de Lima en 1998, por el Movimiento Vamos Vecino, ligado, como fue siempre de tu conocimiento, al gobierno de ese entonces.
Sin embargo, y debido a la reciente publicación de un artículo tuyo en el diario Correo el 23 de octubre último, creo que es mi deber como esposa, y como firme creyente de la ausencia completa de dolo o algún vicio delictivo en el comportamiento profesional de mi esposo durante toda su vida, en lo público y en lo privado, salir al frente a aclarar los hechos reales que ahora tergiversas, en defensa de mi esposo y de mi familia.

Por ello, permíteme aclararte los siguientes puntos:
1. Tu eficiente participación profesional en la campaña de mi esposo fue en forma activa, acudiendo al local de campaña en forma diaria; local en el que laboraban más de 70 personas, entre periodistas, encuestadores, personeros, abogados y demás que, al igual que tú, fueron contratados y remunerados. Por tanto, tenías pleno conocimiento de la cantidad de personas que laboraban en el local partidario.
2. Al finalizar la campaña, mi esposo decidió, aún sin haber sido requerido por el Movimiento Político que lo invitó, presentar una liquidación de los gastos totales efectuados durante la misma. Felizmente, y en previsión a que en un futuro pudiera presentarse el caso de personas que negaran la recepción del dinero, mi esposo entregó a Vamos Vecino solamente las copias fotostáticas de los recibos, conservando en su poder todos los recibos originales.

3. Varios años más tarde, iniciado ya el proceso judicial en su contra, mi esposo decidió entregar al Juzgado respectivo los 3,219 recibos originales que conformaban la liquidación de la campaña, pero, guardando en su poder las copias de todos los recibos, legalizadas notarialmente. Entre dichos recibos, se encuentran cinco (5) girados a tu nombre, por US$ 1,750.00 cada uno, con tu rúbrica en original.
4. Faltas pues a la verdad al manifestar en tu artículo que desconoces los recibos en mención, y que, por tanto, nunca pudiste haberlos firmado, pues los originales, que consigna tu rúbrica, son parte del expediente judicial del proceso seguido contra mi esposo, y cuyas copias legalizadas guardo en mi poder. Por ello, adjunto a la presente carta copia fotostática de los 5 recibos por ti suscritos, con sello y rúbrica notarial que da fe que los mismos son copia fiel de los originales.

5.- No entiendo cómo el procurador Vargas Valdivia, defensor del Estado, pueda haberte comentado a ti, o a cualquiera, lo que forma parte o no de un expediente judicial en el que él participa, y de cuya privacidad debiera ser fiel defensor. Acordémonos de cómo él mismo criticaba cuando algún denunciado hacía comentarios sobre su proceso. De todos modos, sin importar las razones por las que el mencionado procurador te tenga la suficiente confianza para revelarte el contenido de un expediente judicial, supuestamente confidencial, lo que mencionas en tu artículo no hace más que demostrar la ignorancia del doctor Vargas Valdivia respecto al proceso llevado contra mi esposo. Por ello, adjunto a la presente carta copia del escrito presentado al Juzgado en febrero del año 2002, presentando el total de recibos originales de la campaña.

6. Es cierto que se te manifestó que el dinero que se utilizó en la campaña provenía de aportes de empresarios privados, pues eso fue exactamente lo que se le manifestó a mi esposo; hecho que en los últimos años ha sido comprobado, pues existen las declaraciones judiciales de varios empresarios nacionales y extranjeros que han confirmado sus aportes durante esa época, y que por cierto, no es considerado ni por periodistas como tú, ni por el Poder Judicial. Pero que dichos fondos fueron canalizados a través del doctor Montesinos para su entrega a mi esposo, es algo que sabían perfectamente todos los que, como tú, tenían una labor importante dentro de la campaña.

7. La vinculación del doctor Montesinos, del ingeniero Absalón Vásquez, así como del publicista Daniel Borobio en la campaña de mi esposo fue siempre conocida por las principales personas que laboraron en la campaña, entre ellas tú, pues así lo comentó él en repetidas oportunidades durante las reuniones casi diarias que sostenía con ustedes, además que en varias ocasiones entraron llamadas de las mencionadas personas durante dichas reuniones. Es más, al local donde laboraste por más de dos meses y medio, acudió en repetidas ocasiones tanto Absalón Vásquez como Daniel Borobio, así como también llegó el automóvil del SIN a recoger a mi esposo las cuatro o cinco veces que él se reunió con el doctor Montesinos.
8. Debo además recordarte que, al finalizar la campaña, acudiste con tu esposo, y con Leoni Roca, igualmente con su esposo, el columnista Pedro Salinas, a mi casa a cenar, con el fin de “celebrar” con mi esposo el porcentaje obtenido en las elecciones, muy por encima de lo calculado; reunión en la que también estuve yo presente con mi familia, y en la que comentaron ustedes ampliamente las anécdotas de la campaña, mencionándose en más de una ocasión al doctor Montesinos, al ingeniero Absalón Vásquez, así como al señor Borobio.

9. Por último, según tengo entendido, la declaración que hiciste a la Sunat por parte de los ingresos que percibiste por tu labor en la campaña en el año 1998, recién la efectuaste en el año 2001, cuando se hizo público el video en el que mi esposo aparece recibiendo dinero del Dr. Montesinos, y se inició el proceso en su contra, y no en el año 1998, cuando debiste declararlo, hecho que te pediría aclares.

Para terminar, y resumiendo todo lo dicho, debo manifestarte que me resulta lamentable la mención que de mi esposo haces en tu articulo, más aún considerando tu vínculo familiar con su familia, así como, en general, la tergiversación que haces de los hechos. No entiendo qué hubiera tenido de malo que digas, simplemente, la verdad. El hecho que al menos hayas tenido la sospecha que el dinero que recibiste provenía del Doctor Montesinos, no te convierte en delincuente, ni mucho menos. Tendría que comprobarse, hecho que hasta ahora no se produce, no solamente que dicho dinero era efectivamente de origen público, sino que además que el que lo recibió tenía pleno conocimiento de ello, y eso es algo que tú, como abogada, deberías tener en claro.
Leonor De Asín de Hurtado

Respuesta de Rosa María Palacios

Estimada señora Leonor:

En primer término lamento muchísimo el desagrado o mal rato que pueda haberle causado a usted y a su familia. Nada más lejos de mi intención que causarle más dolor a una persona que tiene bastante ya con lo que le está pasando y que nada tuvo que ver en la campaña de su marido, salvo el amable gesto de invitarnos a comer donde el tema de conversación fue, si mal no recuerdo, el golpe de 1992 y la fuga de su vecino, Alan García.

Concuerdo con usted en varios de los puntos de su carta. Mi participación en la campaña de su esposo en 1998 jamás ha sido negada. Es más, he dicho y me reafirmo en que su esposo es un hombre inteligente, articulado y muy agradable. En 1998 tenía un récord político impecable y parecía un candidato con serias aspiraciones presidenciales. Por ello el trabajo para el que fui convocada tuvo el atractivo de tratarlo, cuestión de la que guardo un buen recuerdo. Recuerdo también que él estuvo satisfecho con el texto del Plan de Gobierno en el que participé y por el que fui remunerada como todo profesional contratado.

Lamentablemente los pagos legalmente efectuados han sido utilizados por el congresista Mufarech para una campaña de desprestigio que, espero, poco tenga que ver con el caso de su marido. La coincidencia de llenarme de insultos al día siguiente de ser mencionada por Montesinos no parece nada casual y eso es lo que está investigando el Congreso. Efectivamente, como usted dice, fueron muchas las personas que colaboraron con su marido a las cuales jamás se menciona y sólo se nombra a aquellos que hoy, por otras circunstancias, estamos en el periodismo. Es por eso que para mí era imprescindible saber el origen de unos recibos exhibidos al vuelo por el congresista porque era evidente que mis cifras no coincidan con las expuestas en un programa de televisión. En ese programa se exhibieron hasta 7 recibos. Ahora resulta que son 5. Yo guardo un registro de mis ingresos, al igual que su esposo. El hecho es que yo tengo un recibo de honorarios profesionales por 6,000 dólares que registré, en el orden correlativo de mis recibos de honorarios en octubre de 1998, en donde consta esa cifra por el total de mi trabajo. Y a esa cifra me atengo aunque usted señale ahora que el monto total sea de 8,500 dólares. Me alegro que tenga los originales, puesto que, de las copias que me envía no me queda nada claro que fuera yo la que firmase esos recibos al ver las firmas que los acompañan. Lo que sí recuerdo perfectamente es que se me pagó en dos partes, al inicio del trabajo, y al final del mismo y firmé los recibos de entrega correspondiente. No recuerdo haber firmado cinco, sino, en todo caso, dos cargos.

Sin embargo el monto de lo pagado y las partes del pago es un asunto menor en comparación con un elemento que usted aporta en su carta y que me obliga a una aclaración. Sobre el origen de los fondos de campaña de su esposo usted reconoce algo que es importante. Se me dijo, al igual que a Leonie Roca, que el origen del dinero era de empresarios. Nada más. Su marido, imagino por la gran amistad que tiene con Benjamín Roca, padre de Leonie, jamás la involucró, ni ella indirectamente a mí, en sus tratativas con otros personajes como Montesinos. Nunca se nos contó nada más y es una pena que no lo hicieran. Las cosas hubieran sido diferentes. Si usted tiene otra versión de los hechos, lo lamento, pero es falsa. La desilusión que me produjo ver a su esposo en esos videos fue enorme y es evidente que yo soy culpable de haberme equivocado en mi juicio personal sobre Juan Carlos Hurtado Miller. Por eso le debo una disculpa a la audiencia.

Respecto a los demás personajes que menciona le puedo decir que a Absalón Vasquez lo vi en la oficina de su esposo y eso también lo he comentado en la Procuraduría. A Daniel Borobio nunca lo conocí, aunque escuché que era el responsable de la publicidad. Nada de eso ha sido negado por mí.
Deseo para su esposo lo mismo que para todos los procesados: el derecho a un juicio justo en donde puedo ejercer su derecho de defensa y explicar sus acciones. Yo no soy su juez y no podría serlo con objetividad habiéndolo conocido y teniendo un buen recuerdo de su trato personal.
Lo que no puedo permitir es que se diga que yo soy parte de una mafia que cobraba de la caja negra de la corrupción, que me reunía en el SIN o que cobraba tres sueldos del Estado a la vez. Yo también tengo derecho a defenderme de una infamia cuando realicé un trabajo de buena fe confiando en otros.
Una sola pregunta final, ¿fue usted la que le entregó los recibos al congresista Mufarech? A ver si así salimos de dudas y estamos hablando de los mismos documentos.

o.o dijo...

mmmm...muchas palabras sin tildes para ser la chancona de Rosa María Palacios...mmm...