Dios juega "cachito" con el universo

Digno Señor:
La aspiración por ser reconocidos es fundamental. Es el leit motiv de todos, aunque algunos incautos no se percaten o, arbitrariamente, se nieguen a esa misión de buscar dar trascendencia a sus vidas. El pecado (de Oyuqui y del mundo en general, sin distinción) está en creerse todo tan en serio –y en los blogs esa sobredimensión de lo trivial abunda en proporciones bíblicas-. Todos pecamos de arrogantes cuando contamos lo nuestro. Finalmente todo termina siendo anecdótico y si no lo es nunca para ti, de seguro lo es para los otros. Si te fuiste al cine con el amor de tu vida, me importa un bledo. Si tomaste vino con Margaret Thatcher, me llega al orto. No obstante, es el fetiche de fisgonear en vidas ajenas lo que anima esta cuestión de los blogs. Es ese afán de saber y dejar saber lo que a nadie/todos importa. Por eso seguiré leyendo aventuras por más idiotas que me resulten, idílicos amores por más mundanos que me parezcan, peleas, disquisiciones, pastruladas, cojudeces y tu admiración total por las huevas del gallo.

Todo es suerte. Todo es Dios. Dios es suerte. Dios termina siendo entonces esa tautología de lo divino, esa eterización de lo incomprensible, esa personificación de lo aleatorio que, y ahí está el chiste, resulta indispensable para trascender. Dios sí juega a los dados con el universo, y algunas veces nos sala y malogra el juego. No creas, entonces, que sólo a mí me importa que estés sumida en esa depresión. No creas que sólo a mí me debe interesar que sepas que yo también estoy desesperado-confundido-insatisfecho. Varios leerán e, indirectamente, también les importará. Querrán, como yo, que Dios te haga ganar en el “cachito” del destino. Querrán que ganemos los dos, al menos una estúpida partida, para llegar a trascender como se debe (sin árbol, ni hijo, pero con blog)
Quedo de Ud.

P.S. El título de este post es préstamo de la célebre frase de Albert Einstein, trastocada para el caso y oportunamente puesta en mi cabeza por el nick de una amiga personal.